Disfrutaba de las tardes tranquilas; aunque éstas también la hacían pensar.
No encontraba motivo de queja, de lo contrario, lo tenía todo; desde su colección de discos, hasta sus personas especiales.
¿Pero que era todo para ella?
Soñaba en irse y dejarlo todo; solía dudar de aquel sentimiento. Pero comprendía que era lo mas lógico e irreal que se le había ocurrido en toda su vida.
Por eso, cuando llegaba la noche, abría la ventana y el aire frío de invierno se colaba en su habitación; era estúpido, pero aunque estuviera congelada hasta los tobillos, amaba tener que cubrirse con sus sábanas calentitas.
Cuando se encontraba acurrucada dentro de su cama, bien cubierta por todo tipo de frazadas, deseaba poder contar hasta tres y simplemente desaparecer.
Aunque ella bien sabía, que la cosa no era así de simple.
Sin azúcar por favor, té para la tristeza.
ResponderEliminarMuchos siempre quieren más. Contados son los que lo tienen, y les nace la idea de dejarlo. Me agrada la chica. Y sí es así de facil. Solo ase falta coraje. Bastante coraje.
ResponderEliminar(Con azucar, cuatro terrones. Y si es posible... más)
Todos queremos desaparecer bajo las sábanas de vez en cuando :)
ResponderEliminar(y si cuentas hasta cuatro apareces en Nunca Jamás)
ResponderEliminar¿Sabes que es lo que voy a echar más menos en verano? Precisamente eso. Cubrirme con las sabanas y desaparecer.
ResponderEliminarYo siempre lo hago cada vez que puedo :)
ResponderEliminar